lunes, 23 de enero de 2012

Camboya: Phnom Pehn y Sihanoukville

No teníamos planeado visitar este país, pero ante la insistencia por parte de otros viajeros que nos íbamos encontrando por el camino y que hablaban maravillas del mismo, decidimos hacer el primer gran cambio de planes y sumergirnos en Camboya.

Camino a Phnhom Penh desde Vietman íbamos trece guiris en una furgoneta, bastante apretaditos y con un aire acondicionado más bien flojo. Al principio la carretera no era más que una pista de arena y piedras, hasta tal punto que hubo un momento en que tuvimos que bajarnos y caminar unos metros para evitar que la furgoneta se quedara atascada. Por la ventanilla veíamos pasar extensos campos de arroz y pequeños pueblos situados en la ribera del río, hasta que llegamos a una vía principal. Aquí comprobamos que al igual que a sus vecinos, los vietnamitas, les gustan los adelantamientos"in extremis", pero aún le dan más emoción, porque conducen a toda velocidad. Arcenes, ¿para qué os quiero?


De esta manera llegamos a la capital del Reino de Camboya y cogimos un tuc tuc para ir a la guest house que habíamos reservado en la zona ribereña. En esta parte de la ciudad hay un montón de hoteles y restaurantes y es donde se alojan la mayor parte de los extranjeros. También hay mucha gente pidiendo en la calle, sobre todo mujeres y niños, y muchos occidentales de edad avanzada acompañados de preciosas jovencitas camboyanas...Una realidad indignante, en un país en el que no hace falta pasar demasiado tiempo para ver la tremenda desigualdad existente.

Nuestra impresión de Camboya resultó muy positiva, no porque Phnom Phen sea bonito, aunque tiene algunos edificios espectaculares, como el Palacio Real o la Pagoda de Plata, sino porque los camboyanos son una gente absolutamente encantadora. Te quedas prendado de su sonrisa, casi permanente, y de su amabilidad. Hasta regatear con ellos es un auténtico placer.







Esta forma de ser tiene más valor, aún si cabe, conociendo el horror y la tragedia en que se vio sumido este pueblo. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que lo que sucedió en este país de 1975 a 1979, es decir, ayer mismo, es un terrible genocidio del que poco se ha hablado a nivel internacional. De hecho, nosotros apenas conocíamos el tema antes de llegar aquí.

Estuvimos en el Museo de Tuol Sleng, una escuela reconvertida por el régimen de los jemeres rojos en un centro de tortura y asesinato sistemático. Es difícil explicar las sensaciones que se perciben en este lugar, diremos que no son precisamente agradables. Es como si todo el horror acontecido en esas paredes se hubiese quedado impregnado en el ambiente y lo pudieras percibir mientras recorres las antiguas aulas en medio de un silencio estremecedor. Se estima que en Tuol Sleng, una de las 196 prisiones que existieron en todo el país, fueron detenidas y asesinadas entre catorce y veinte mil personas, muchas de ellas familias enteras, incluídos los niños. Los camboyanos mantienen este lugar practicamente tal y como se lo encontraron tras la caída de los jemeres rojos y quieren que permanezca en la memoria para que atrocidades como ésta no se vuelvan a repetir ni en su país, ni en el mundo. Este museo fue abierto tan sólo unos meses después de la caída del régimen.



Tras pasar dos días en Phnom Penh nos fuimos a la costa sur, concretamente a Sihanoukville, lugar en el que según habíamos leído, están las mejores playas de Camboya. En el autobús que nos llevaba para allí, decidimos que íbamos a alojarnos en Serendipity Beach, una zona que nos pareció que podría tener muy buena pinta. Al llegar, tras negociar el precio en la estación de autobuses con unos motoristas, nos fuimos para allá. Nos costó bastante encontrar alojamiento, nos parecía caro y además bastante cutre. Quizás tampoco miramos demasiado bien, porque no conocíamos el lugar y hacía demasiado calor para andar de un lado para otro con la mochila a cuestas. Cuando bajamos a la playa, la imagen fue desoladora: todo estaba lleno de chiringuitos, cada uno de los cuales habían invadido la playa con multitud de tumbonas y sombrillas, que apenas dejaban ver la arena. Decidimos dar un paseo por la zona, cuando en menos de nada, el cielo se puso negro como los cojones de un grillo y cayó una tormenta de aupa, con inundación y estampida de bichitos de alguno de esos garitos. No empezábamos con muy buen pie.


Al día siguiente, con un calor asfixiante, decidimos recorrer la "maravillosa" playa en la que habíamos decidido pasar los siguientes días. Y, naturalmente, la cosa sólo podía mejorar, ya que tras caminar como un kilómetro, los restaurantes desaparecieron dando paso a una playa de arena blanca y desierta, en la que podíamos contemplar a algunos camboyanos haciendo picnic. Lo malo del picnic es que la zona arbolada de la playa estaba llena de restos de comida, botellas y envases de plástico que nadie limpia. La basura es un problema que viene siendo reiterativo en todos los países que estamos visitando.

Pero no todo es así. Llegamos al tramo final de la playa donde había un pueblo de pescadores y nos encontramos con una guest house y un bar muy majo en el que comimos.







Decidimos ver este alojamiento, y, como nos gustó, al día siguiente nos cambiamos, haciendo un dispendio en nuestro presupuesto y pagando 20 $ por noche.

Los días transcurrieron dando largos paseos por la playa y a remojo en las tranquilas y cálidas aguas del Mar de la China Meridional. En uno de estas caminatas, llegamos hasta la playa de Otres, una lengua de arena casi desierta con algún restaurante que otro y alojamientos tipo cabañitas al lado del mar. Quizás si desde el primer día hubiéramos descubierto esta zona, la estancia aqui nos hubiera resultado más gratificante, quién sabe...Lo que está claro es que la costa camboyana, bastante virgen por el momento, quizás no dure mucho tiempo así, ya que a lo largo de las diferentes playas están construyendo resorts y se ven numerosos carteles con nuevos proyectos de edificaciones.




Tras estos cuatro días, volvimos a Pnhom Pehn para pasar allí una tarde y partir al día siguiente hacia Battambang.

8 comentarios:

Xabier Mendizabal dijo...

Kaixo, viajeros. Resulta impresionante vuestro relato de aquella "escuela del terror y la tortura". Esos lugares, donde se han producido masacres de esa envergadura, reultan escalofriantes, sobre todo para el que tiene la suficiente sensibilidad para captar que allí "algo o alguien" puede llegar a impregnar de energía aquellos lugares, preñados de horror. Por desgracia, y después de milenios, el mono estúpido y bípedo que puebla la Tierra sigue cayendo en la misma piedra de la ignominia.
Lo de los picnics con basura también lo vemos por aquí. Sin ir más lejos, el año paado, en verano, en Listorreta (lugar que conocereis bien, pues pertenece a vuestro pueblo), la gente nos pareció una guarra, tal era la cantidad de basura que veíamos por doquier. Por otra parte, la especulación urbanística de los lugares cercanos a las playas es el gran cáncer especulativo que sufre nuestro atribulado planeta. Estoy seguro de que muchos de los grandes capitalistas, a los que se les ha derrumbado el "Eldorado" del ladrillo en Europa y América, están ahora metiendo sus sucias manos especulativas en los últimos lugares relativamente vírgenes que aún quedan.
Así y todo, os deseo, como siempre, que todo vaya sobre ruedas (da igual si en tren, autobús, moto o furgos de esas apretujadas, con alguna gallina que ande suelta por ahí que os pique en la oreja, jeje).
Ya veis que sigo al pié del cañón, dando más vida aún si cabe a un blog que rebosa de ella por los cuatro costados. Muxu aundi bat biontzat. Ondo segi.

Xabi

Anónimo dijo...

Hello,

Vengo de tomarme unas birras, así que lo que escriba se autodestruirá en cinco segundos, jaja. Ah!!! Se me olvidaba, soy el superagente 86 y mi zapato anda sin cobertura, ejem. Desviaros de la ruta establecida está bien, sobre todo si otros os animan a ello. En fin, las atrocidades que los seres humanos son capaces de hacer me estremecen. Si yo tuviera la energía suficiente para evitarlas, si fuera Son Goku… pero soy un simple agente, el 86, un agente un tanto despistado que no pierde la esperanza de que algún día la naturaleza se rebele y el equilibrio del mundo se restablezca.

Love you,

Superagente 86, alias esti.

Anónimo dijo...

HOla soy Obelix y de pequeño me caí en una olla lleno de la pócima secreta de nuestro druida...por ello de vez en cuando se me va la olla, jejeje.
Mi querido agente 86, a nosotros nuestro druida que en contacto con la naturalez está, siempre nos ha dicho que la naturaleza no se enfada, ni tiene que destruir el mal, ni establecer equilibrios...nos dice que es como un cuerpo humano, que simplemente se adapta según va evolucionando su cuerpo, que si los romanos hicieran desaparecer los bosques y el agua, simplemente la tierra se adaptaría y seguiría viviendo, más nuestros cuerpos no podrían adaptarse tan rápido a semejante cambio...y moriríamos. Nos dicen que podemos ayudar a que convivamos en armonía con la tierra, pues somos tierra, aire, agua y fuego y que al estar en armonía nuestros cuerpos, influímos en los elementos de la tierra, para que estén bien...
Nada exterior puede cambiarnos salvo nuestro interior, pues si te fijas (según nuestro druida Panorámix), en la naturaleza todo se genera de dentro a fuera (hijos, semilla flor, rama de un arbol, los frutos...), pues nosotros los seres humanos debemos cambiar por dentro, para que el exterior sea mejor...así que por suerte está todo en nuestras manos y no en las de alguien o algo exterior.
Bueno, me voy a jugar con los romanos, pero antes a ver si Asterix me da un buen jabalí para comer.... Eh!! Idefix veeeennnnn.... os dejo amigos... super agente 86, cree más en tí... ;-)

Obelix junto con el escriba Ander.

Anónimo dijo...

Gracias Obelix por tu aportación.

Estudiaré detenidamente cada una de tus palabras, siempre y cuando "el jefe" de la agencia CONTROL, empresa donde trabajo, no me asigne algún caso complicado. El otro día, sin comerlo ni beberlo, me metí en un lío de aupa mientras luchaba contra KAOS, la agencia que me quita el sueño, pero gracias a mi querida esposa, la agente 99, todo acabo bien, salvo mi zapato-fono que acabó descacharrado. En cuanto lo arreglen, te llamaré para que me mandes una porción de esa pócima secreta que tantas alegrías te dá, pues lo necesito imperiosamente.

Superagente 86, alias esti

Xabier Mendizabal dijo...

Esto se va animando. Superagentes, Obelix, vamos, que no os quejareis por aburriros.
Por aquí, hoy han caído los primeros copos de nieve en Andoain, aunque sin llegar a cuajar. Hemos estado en Larraitz, y en la fuente del Txindoki, (860 metros), a las dos de la tarde, había 15 centímetros de nieve y cero grados. Vamos, igualito que por allí vosotros, que os estais achicharrando. Y para finales de la semana que viene, se anuncian tres días de nieve a nivel del mar. Lo que no ha hecho el primer mes de invierno, parece que va a hacerlo ahora.
Y todo esto mientras la Real le ha ganado hoy al Sporting, en Anoeta, por 5-1. Vamos, un día sin desperdicio. Ondo segi, bikote.

Xabi Mendizabal.

manipulador de alimentos dijo...

hola soy el pato lucas, y cuando se me va la pinza viendo lo que hacen los humanos por ejemplo, me pongo alguno de mis capitulos, para volver a la realidad un poco, ya sabeis los productos marca acme y esas cosas

Psicólogos en Móstoles dijo...

jajajaj aquí está lleno de dobles personalidades... :)

Ver la tele online dijo...

no hace falta que la naturaleza se revele para equilibrar la cosa, solo con un poco de fuerza de voluntad de las personas... estamos muy cerca de poder conseguirlo amigos!