lunes, 21 de noviembre de 2011

De Udaipur a Ajanta... pasando por Ahmedabad y Aurangabad

El viaje de Udaipur a Ahmedabad fue bastante cañero: nos metimos cinco horas y pico en un autobús nocturno que daba mucho asco de lo sucio que estaba y de lo mal que olía. Pero como ya vamos teniendo cierta práctica de hacer de tripas corazón, pusimos el pareo debajo y a dormir.

De repente a las tres y veinte, una hora antes de lo previsto, nos grita un tío que nos tenemos que bajar.Y allí nos veis, de madrugada, en Amedabad, una ciudad enorme, gente durmiendo en la calle, perros por todas partes, montones de basura a cada paso, en fin, un horror... Cogimos  un tuc-tuc para que nos llevara al hotel que habíamos reservado por teléfono. La verdad es que viendo el panorama que había, nos alegramos de haber tenido la precaución de hacer la reserva. Sin embargo la alegria nos duró poco. 

Cuando llegamos al hotel, estábamos un poco atontados. La puerta estaba cerrada pero el conductor del tuc tuc la golpeó varias veces y salieron a abrirnos. Fue entonces cuando el recepcionista, tras un buen rato ojeando el libro de registro, nos dijo que no teníamos reserva y que no había habitaciones libres. Supongo que nuestra cara era un poema, una mezcla de estupor, incredulidad y cabreo. Jon trataba de explicarle que habíamos llamado en dos ocasiones y que no nos habían puesto ningún problema, asegurándonos que teníamos habitación. Pero fue perder el tiempo, nos miraban como las vacas miran al tren.

Pues nada, a buscar hotel a esas horas... Menos mal que el conductor del tuc-tuc era majo y nos llevó a no menos de diez por unas pocas rupias. Cada vez que llegábamos a un hotel, la escena era la siguiente : como dos o tres tipos durmiendo en la recepción que se levantaban como un resorte al vernos llegar para luego, en la mayoría de los casos, decirnos que estaba lleno, lo cual nos extrañaba mucho en una ciudad que no es muy turística. Además en algunos casos, primero nos decían que sí tenían y luego que no. ¿No será que querían seguir durmiendo y por no enseñarnos la habitación nos decían que no tenían ninguna disponible? Llegamos a estar tan desesperados que vimos un hotelazo y pensamos "Vamos a darnos un capricho". Entramos y nos enseñaron una habitación que los ojos nos hacían chiribitas. El recepcionista era bastante estirado y cuando estábamos a punto de cogerla, nos dijo que por entrar en ese momento nos cobraba dos noches. Y claro, por ahí no íbamos a pasar, además de que no nos lo podíamos permitir. Después de hora y media buscando, decidimos quedarnos a esperar en un sitio a que se hiciera de día. Así que a la puerta de un hotel en el que había bastante luz nos apeamos del tuc tuc y le dijimos adiós a ese buen hombre. Justo era un hotel al que no habíamos entrado a preguntar y resulta que tenían habitaciones bastante decentes y que se ajustaban a nuestro presupuesto. Increible pero cierto.

Después de dormir un buen rato, decidimos salir a dar una vuelta por la ciudad y vimos con consternación que la impresión que nos había causado por la mañana no hacía más que confirmarse. Es el lugar más feo y caótico que hemos tenido la oportunidad de ver hasta ahora. Así que prácticamente pasamos los dos días que teníamos que quedarnos allí, en nuestro hotel viendo la televisión india, películas americanas, de Bolliwood,  videos musicales, además de algún programa de noticias...

De Ahmedabad salimos a las seis de la tarde y llegamos a Aurangabad a eso de las nueve de la mañana y nos dispusimos a buscar hotel. Esta vez fue un trámite que nos llevó poco tiempo... En ese día buscamos una excursión para ir a las cuevas de Ajanta,  motivo por el cual habíamos venido aquí, y un autobús para ir a Goa. Los encontramos sin demasiada dificultad y nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Vimos que nada tenía que ver con el anterior lugar que habíamos visitado. Aurangabad es una ciudad bastante agradable y tranquila, con comercios y restaurantes de una calidad que no habíamos tenido oportunidad de ver en toda nuestra estancia en la India.

Llegó el momento de visitar las cuevas de Ajanta y ciertamente, son impresionantes. El trabajo realizado en las mismas tanto de pintura como de escultura resulta sobrecogedor. Nos gustaron mucho, pero  nos equivocamos al decidir hacer esta excursión de manera organizada, porque nos dieron  apenas unas dos horas para verlas. Sin duda, este lugar  se merece pasar más tiempo. Sin embargo, tampoco teníamos muchas más opciones económicas para poder visitarlas  y volver a Aurangabad en el mismo día. 


5 comentarios:

Xabier Mendizabal dijo...

Kaixo. Ya veo las vicisitudes, por otra parte normales, por las cuales estais pasando. La India es eso, caos, enormidad, improvisación, pobreza y miseria. Hablando de miseria, me estoy pensando en haceros compañía por ahí(es broma). Total, aquí, en poco tiempo, estaremos como allí. Ahora de nuevo con los franquistas en el poder, y encima con mayoría absoluta. ¡Si podeis, no volvais en cuatro años! A este paso, casi se va a estar mejor allí que aquí. Buena suerte.

Xabi.

Anónimo dijo...

Kaixo.
Ni duda cabe que el mérito de la "aventurilla" que os habeis planteado, no solo es el hecho de haberse decidido a afrontarla dejando rutina y comodidades a un lado; sino además por las situaciones en las que os vereis envueltos en distintas ocasiones.
Seguro que somos varios los que disfrutamos de vuestros relatos y de como superais los inconvenientes con buenas dosis de paciencia. Reconozco mi incapacidad para afrontar situaciones similares.
Animo

Efrén

Iñaki dijo...

Hola.

Muy entretenida vuestra aventura nocturna. A ver si tenéis más contratiempos como esos, que hacen más divertido seguir vuestro viaje, cuando todo os va bien, es más aburrido jejejeje. Es broma. Ya veo que afrontais las adversidades con sangre fría y sentido común. Una pena que no os hayan dejado más tiempo para visitar las cuevas, parecen interesantes. Pues nada, seguid disfrutando y que la cámara no pare de abrir/cerrar el obturador. Cuidaos mucho. Un beso.
Iñaki

Anónimo dijo...

ANIMO!!! Recordar siempre que se os compliquen las cosas, que esa es la verdadera esencia de la aventura... Si todo fuese fácil y sencillo no tendría el merito que sin duda tenéis. Además con el tiempo cada problema y cada complicación se convertirán en las mejores anécdotas de vuestro fascinante viaje. Seguís dándome una terrible envidia. Besos desde Donosti.
Alvaro y Arantxa

Ana Inés Artagaveytia dijo...
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