La verdad es que no queríamos irnos de Nepal, sin hacer otro trekking con buen tiempo y, en definitiva, en otras condiciones. Habíamos leído que el trekking de Jomson era muy fácil y que se podía hacer tranquilamente sin guía, lo que nos permitiría tener más libertad a la hora de decidir cuándo parar y además nos saldría más barato (aunque hay que decir que los permisos son bastante caros). Así que, ahí que nos lanzamos.
Sin embargo, al hacerlo a nuestro aire, y como hay muchas opciones de rutas, fueron surgiendo algunos cambios por el camino y al final se convirtió en una mezcla muy resultona del trekking de Jomson y el de Ghandruk.
Comenzamos en Nayapul, población que se encuentra a 30 km. de Pokhara y a la que fuimos, como casi siempre, en bus local. Salimos a las 6 de la mañana, y dos horas más tarde, comenzamos a caminar. Teníamos claro que en este día no íbamos a poder salvar los 1.700 metros de desnivel que hay hasta Ghorepani, pero sí que queríamos pegarle un buen mordisco para que el camino nos resultara más llevadero al día siguiente. Así que tres horas después paramos en Tikhendunga. El dueño de la guest house era un tipo majísimo y estuvimos un buen rato de charla con él y con dos chicas israelíes que también se alojaban allí.
Al día siguiente fuimos de Tikhendunga a Ghorepani, situado a 2800 metros de altitud. El camino está salpicado de pueblecitos y lugares donde parar a tomar algo o simplemente descansar a la sombra. Para alcanzar el pueblo de Ulleri tuvimos que subir la friolera de 3280 escaleras de piedra y luego ascender algo más suavemente atravesando la selva para llegar finalmente a nuestro destino, 900 metros más arriba. Así que la última hora de las siete horas que nos costó realizar este camino íbamos casi a rastras. Y pensar que esta gente de la montaña, pastores, porteadores, los niños con sus uniformes impecables que van a la escuela, hacen todo o parte de este recorrido a diario...
Después de desayunar, tras superar un alto de 3180 metros observando nuevamente especulares vistas, llegamos a Bhantanti. Por el camino, en una las paradas, nos dieron a probar queso de yak, del que dimos buena cuenta. Como nos pusieron el caramelo en la boca, compramos un buen trozo, que nos sirvió acompañado de chapati para desayunar unos cuantos días. De aquí a Tadapani, todo debía ser bajada, pero como aquí, nunca nada es lo que parece, al final había una subida de padre y muy señor mío. Las últimas dos horas de este recorrido transcurrieron por una selva muy cerrada, que parecía que en cualquier momento nos iba a engullir, como decía Silvia en alguna ocasión: "el infierno verde".
Una mañana más, amanecimos con un tiempo espléndido. Nada más comenzar la ruta, un cartel en inglés que acojona: peligro, no adentrarse sólo en la jungla. Lo cierto es que no nos encontramos mucha gente durante este tramo, pero con la suficiente para poder superar el susto que supuso el cartelito de marras. Esta vez sí, y sin que sirva de precedente, el recorrido fue todo de bajada hasta Ghandruk, un pueblecito precioso habitado por nepalíes de la etnia gurung, y en el que probamos el vino local y la cerveza de arroz.
Finalmente llegamos a Birethanti donde pasamos lo que queda de ese día y la noche, para, al día siguiente ir a Nayapul y coger el autobus local que nos llevó a Pokhara de nuevo.
Las dos horitas que Jon pasó en el autobus local de pie y medio mareado no fueron demasiado agradables, pero que todo lo malo sea eso.
Este trekking ha sido lo que esperábamos que iba a ser el anterior: recorrido exigente, pero disfrutando del buen tiempo, excelentes vistas y la amabilidad de la gente de este gran país que es Nepal.
Las dos horitas que Jon pasó en el autobus local de pie y medio mareado no fueron demasiado agradables, pero que todo lo malo sea eso.
Este trekking ha sido lo que esperábamos que iba a ser el anterior: recorrido exigente, pero disfrutando del buen tiempo, excelentes vistas y la amabilidad de la gente de este gran país que es Nepal.
6 comentarios:
¡Qué gozada de trekking, bikote!!!! Os vais a poner finos y musculados de tanto subir y bajar, subir y bajar, subir y bajar…
Esti
Qué sueños de fotos, que cumbres blancas y bellas del techo del mundo. Es el sueño de todo montañero: ver de cerca aquellas blancas moles, e intentar subir a alguna de ellas, aunque no sea a la más alta. Con un seismil-o un cinco mil- me daba yo con un canto en los dientes. Que lo sigais disfrutando, bikote. Un abrazo.
Xabi Mendizabal.
Hola pareja esperamos que esteis bien, os seguimos vuestras aventuras, no sabemos si estos comentarios los podeis leer, si es asi confirmarnolos. Besos
Familia Maraña
P.D. a Adriana le ponéis los dientes largos, ella está deseando hacer lo mismo que vosotros y su madre también
JO, QUE ENVIDIA ME HABEIS DADO PAREJA!!!!!!!!!
DE AQUI AL CONQUISTADOR DEL FIN DEL MUNDO, O EL DEL ACONCAGUA!!! QUE GRANDES!!!!!
JOSEBA B. Es que se me olvida firmar los comentarios. Jon, traete un poco de queso de ese para la proxima "huevada" o envíanos por paquete certificado. jajajajaja.
que grandes sois pareja. que maravilla de paisajes. JO!!!
Una cosa... me parece fatal que no tengais o hayais colgado una foto del cartel ese. jaajjaja
Nos alegramos muchisimo de veros tan bien, y tan guapos en la foto que habeis subido. Lo de Gara parece la Monaco India. Mañana os mandare un e-mail, un abrazo.
Familia Maraña.
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